Skip to main content

Autor: Adminropace

Visita Rumanía Día 9

 {pgslideshow id=68|width=640|height=480|delay=2000|image=L}

Es difícil condensar en pocas palabras un sentimiento, un conjunto de sensaciones cuando no sabes una palabra de Húngaro. Lo digo porque hoy la noche estaba dedicada a Hungría y sus delicatessen: Pörkölt, langos y pastel de limón (llamado «lemon dream»).
La cena ha sido todo un triunfo tras pintar las camisetas con el logo de «Happy Daro», pintar el trabajo realizado con raku y visitar la ciudad.
                                                                                                                                        por Isabel Mª García Pachón

 


     

Visita Rumanía Día 8

{pgslideshow id=67|width=640|height=480|delay=2000|image=L}

A pesar del cansancio que se va acusando, no dejan de trabajar y de intercambiar impresiones con los chavales. Han podido dedicar menos tiempo a la pintura ya que era la noche rumana y han ayudado a preparar la cena. 
Después hemos salido a dar una vuelta con los chicos turcos. Están perdiendo el miedo a hablar en una lengua extranjera. Cada vez hablan más inglés con todos y es muy positivo para su crecimiento personal.
                                                                                                                                    por Isabel Mª García Pachón
 
 
                                                                                                                                

Visita Rumanía Día 7

{pgslideshow id=66|width=640|height=480|delay=2000|image=L}

Estamos en el ecuador de una experiencia (para algunos una locura), llena de vivencias inolvidables. A pesar del madrugón (6 de ala mañana) dispusimos todo para salir de viaje con los que ya son nuestros amigos de Rumanía, Turquía y Hungría.

En primer lugar, hemos visitado una fortaleza casi en ruinas a la que se accede en funicular, ya que está situada a gran altura sobre una colina en la ciudad de Deva. Seguidamente, nos dirigimos a la Salina de Turda : Todo un espectáculo para los sentidos. Hay jóvenes y no tan jóvenes que se acercan allí a disfrutar de un parque de atraciones bajo tierra después de bajar del orden de catorce tramos de escaleras. Aun así merece la pena. A la salida y para reponer fuerzas nada como la comida tradicional: «mici».

Y como colofón visita a Alba lulia: ciudad de origen romano en la que no podíamos dejar de ver la catedral otodoxa y probar dulces típicos como el » Colac Secuiec».

He de agradecer a Silvia del Valle y Silviu Boian, su contribución con las mejores fotos que se están publicando en este diario.

                                                                                                                       por Isabel Mª García Pachón.