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La Planta de la Semana XXI

EL RINCÓN DEL JARDINERO

 

LA PLANTA DE LA SEMANA XXI

by José Muñoz

Cóleo

(Solenostemon o Coleus blumei)

 

Es una planta perenne originaria de las zonas tropicales de Asia y África, que en nuestro contexto resulta intensamente familiar, muy original por la variedad de matices que presentan los tonos cromáticos de sus hojas (verdes, azules, rosáceos y violetas en una misma hoja) , y muy agradecida cuando le proporcionamos los sencillos cuidados que requiere.

 

Únicamente es delicada con la temperatura y la exposición, pues por debajo de los 13ºC acaba marchitándose, y el sol directo de nuestro verano acabaría deshidratándola; por estas razones en invierno suele perder vistosidad aún teniéndola dentro de casa. Con la tierra no es exigente, aunque prefiere los suelos ácidos, y en cuanto al riego hemos de ser generosos en verano, también agradece mucho la pulverización de sus hojas al anochecer o por la mañana temprano. Debemos ubicarla en sitios luminosos, pero sin exposición directa al sol durante el verano, y en las horas centrales reservarle un sitio luminoso en nuestra casa. Tolera las podas sin problemas, por lo que es fácil darle forma. El cóleo es una planta vistosa y elegante, y a la vez sencilla y generosa; pero por si fuera poco tiene además gran cantidad de aplicaciones en medicina, entre otras mejora la salud cardiovascular, estimula la combustión de grasas, activa las plaquetas y reduce la posibilidad de trombosis.

 

 

La Planta de la Semana XX

EL RINCÓN DEL JARDINERO

 

LA PLANTA DE LA SEMANA XX

by José Muñoz

 

Petunia

Petunia hybrida.

Con el nombre de petunias se incluyen dieciocho especies de plantas anuales pertenecientes al género de las solanáceas, son por tanto parientes próximas a la planta del pimiento, de la patata y del tomate, entre otras; originarias de las regiones más suaves de Brasil y de Argentina se han adaptado plenamente a las primaveras y veranos de nuestras latitudes. La petunia debe plantarse a principios/mediados de primavera, en arriate, macetero o incluso en el propio suelo de nuestro jardín; precisa tierra suelta, abundante luz y exposición al sol, requiere también riegos frecuentes aunque no abundantes, procurando no mojar las flores. Los colores vivos de sus flores, que estarán presentes durante las dos estaciones, la vistosidad de las mismas, su resistencia al calor y los pocos cuidados que precisa convierten a la petunia en planta ideal para balcones y jardines estivales. Es tiempo de petunias.

 

 

La Planta de la Semana XIX

EL RINCÓN DEL JARDINERO

 

LA PLANTA DE LA SEMANA XIX

by José Muñoz

LAVANDA

Lavanda augustifolia.

Se trata de un arbusto que al igual que sus parientes, el romero, el tomillo y el cantueso, es originario de los ambientes mediterráneos, por lo tanto tolera sin problemas los extremos del frío y del calor, aunque en cuestión de suelos prefiere los calcáreos o calizos y secos mejor que los arcillosos y húmedos. Puede alcanzar más de un metro de altura, siendo muy original el porte almohadillado que adquiere en el periodo de la floración, hecho que se produce a finales de primavera / principios de verano; cuando finos penachos, en delgados tallos, cubiertos de minúsculas flores de color morado y celeste liberan su agradable e inconfundible aroma. Como sabemos es una planta cuyos extractos se utilizan en perfumería, pero también posee conocidas propiedades medicinales: es sedante, diurética, antiséptica, cicatrizante, antiinflamatoria, y sus esencias (aceites) tienen propiedades antirreumáticas.

Como planta plenamente adaptada a nuestro ambiente, no requiere cuidados especiales, aunque sí prefiere una buena exposición al sol, también le da vigor una poda moderada una vez finalizada la floración.

Si en nuestro jardín hay una vereda, un sendero por pequeño que este sea, debemos plantar algunos ejemplares de lavanda, pues en el aire que movemos a nuestro paso sentiremos su aroma, y si acariciamos sus tallos con las manos cuando caminamos, el olor que desprende nos resultará muy agradable. Con las primeras lluvias otoñales, su olor mezclado con el de la tierra mojada, genera una sensación realmente indescriptible. Ciertamente es una planta que merece la pena.

La Planta de la Semana XVIII

EL RINCÓN DEL JARDINERO

 

LA PLANTA DE LA SEMANA XVIII

by José Muñoz

CELINDA


Philadelphus coronarius

Dicen los expertos que es originaria de las regiones más meridionales del Caúcaso y de Armenia; lo cierto es que, sin duda, es un arbusto que ha logrado adaptarse perfectamente a las características de nuestro clima. Se trata de una planta muy poco exigente, únicamente requiere suelos profundos y riego moderado. Tradicionalmente se plantaba en los huertos junto a la casa del hortelano, cerca de la noria, al lado de las acequias o junto a los muros de tapial. El encanto de la celinda reside en su floración espectacular y en el intenso, particular y penetrante aroma que generan sus numerosas florecillas. Su fragancia lo inunda todo al amanecer.

 

Como arbusto de hoja caduca que es, conviene podarlo moderadamente en invierno, y tenerlo anclado a un muro o bien sujeto con tutores antes de la floración, pues puede llegar a alcanzar los tres metros; no es una planta delicada, soporta perfectamente las heladas y tolera el extremo del verano, momento en que será conveniente aportarle riegos moderados.

 

La celinda es una planta que no debe faltar si disponemos de un jardín medianamente amplio; en ella y en su fragancia hay algo de los viejos y sabios hortelanos.

 

 

La Planta de la Semana XVII

EL RINCÓN DEL JARDINERO

 

LA PLANTA DE LA SEMANA XVII

by José Muñoz

GLICINIA ( Wisteria sinensis)

Es un arbusto de hoja caduca que pertenece a la familia de las leguminosas, es originario de las costas orientales de los continentes de latitudes templadas ( Corea, Japón, también América del Norte), plenamente adaptado a nuestro ambiente. Se trata realmente de una de las especies trepadoras más robustas, elegantes y resistentes que podemos cultivar en nuestro jardín. Precisa de una plantación esmerada (marzo, abril), para la que abriremos un hoyo de al menos 40 cmts de profundidad al que deberemos añadir abundante turba, regándolo después; una vez asegurado su enraizamiento no debe dar problemas pues tolera todo tipo de suelos, aunque prefiere los ácidos (arcilla) y profundos.

Tampoco necesita riegos abundantes, y soporta sin problemas el calor extremo; únicamente deberemos esmerarnos con la poda, pues al igual que todas las trepadoras si no la guiamos y organizamos se convertirá en una maraña amorfa y perderá su encanto, por ello la poda anual (enero ) es fundamental. Su floración, entre abril y mayo es un verdadero espectáculo: una gran cantidad de racimos floridos de tonos violáceos (hay otros tonos) penderán de sus brotes en vertical generando un ambiente realmente hermoso y original. Cuando acabe la floración, y durante todo el verano unas vistosas vainas verdes aterciopeladas, que irán a marrón ocuparán el lugar de las flores; en su interior están las semillas.

Sus pocos cuidados, su rápido y exuberante crecimiento, y ante todo su espectacular floración, convierten a la GLICINIA en planta ideal para pérgolas y enrejados.