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La planta de la semana VII

EL RINCÓN DEL JARDINERO

 

LA PLANTA DE LA SEMANA VII

 

PENSAMIENTO.

Viola x Wittrockiana.

 Es una planta herbácea, híbrida, de carácter ornamental apreciada por la vistosidad de sus flores, que surgió como resultado de numerosos cruces con la Viola tricolor, realizados por jardineros británicos para adornar los jardines que demandaba la corte y la estricta sociedad victorianas. Como planta híbrida que es existen muchas variedades, todas ellas de duración anual o bianual en el mejor de los casos; su interés reside en el rico y variado colorido de sus flores, en la resistencia que ofrece a los fríos invernales y en los escasos cuidados que necesita, convirtiéndose en especie de exterior ideal para vestir arriates, macetas y jardines durante los meses previos a la primavera.

 

Ciertamente se trata de una planta polifacética, pues en el lenguaje de las flores y en función del color de las mismas se puede mostrar deseo, olvido, indiferencia, o recuerdo hacia la otra persona; y en cuanto a usos medicinales tiene utilidades que van desde el tratamiento de enfermedades de la piel (eczemas, psoriasis, acné) a problemas urinarios (cistitis) pasando por su acción expectorante y ligeramente laxante. Cuando la primavera avanza el pensamiento se marchita, será momento de cortar tallos secos y resguardarlo a la sombra hasta el próximo invierno.

La planta de la semana VI

EL RINCÓN DEL JARDINERO

 

LA PLANTA DE LA SEMANA VI

 

Espino de fuego

 

Pyracantha coccinea.

 

 Se trata de un arbusto de hoja perenne, originario de las regiones meridionales de Europa y de Asia Menor que destaca por su capacidad para adaptarse a diferentes climas y entornos. Tolera cualquier tipo de suelo, resiste sin problema los fríos invernales y los rigores del verano, no es exigente con el riego y tampoco precisa de una poda minuciosa.

 

El encanto de esta planta radica en su faceta decorativa, pues a diferencia de otras especies, durante tres estaciones podemos disfrutar de su original belleza: en primavera se cubre de florecillas blancas dispuestas en densas y tupidas umbelas, para luego, en otoño ofrecernos su exuberante manto de bayas de color anaranjado que irán adquiriendo tonos rojizos durante el invierno. Aporta este arbusto una vistosa nota de color y de calor figurado al jardín que dormita en el estío, y paciente espera los tibios rayos de la suave primavera. 

 

La planta de la semana V

EL RINCÓN DEL JARDINERO

 

LA PLANTA DE LA SEMANA V

 

LA PLANTA DE LA SEMANA: PRÍMULA.

   Se trata de una planta perenne de porte bajo, originaria de los prados y áreas semiboscosas de los ambientes atlánticos europeos y de las regiones más templadas de China. Su encanto radica, en parte, en que es una de las primeras plantas de temporada con flor que podemos encontrar en los viveros a un precio bastante asequible; también hay que destacar que no es una planta exigente, pues soporta los fríos y las heladas invernales. Únicamente le perjudican las exposiciones prolongadas y directas al sol cuando la primavera avanza, y tampoco soporta los riegos excesivos; por lo demás, se adapta al interior siempre que esté bien iluminado, pero también al exterior en semisombra. Muy decorativa, con colores vistosos, puede cultivarse tanto en macetero como en arriate; a mediados de mayo perderá sus flores y habrá que trasplantarla al jardín entre setos y trepadoras en un espacio semiumbrío. Si hay suerte volverá a florecer a principios de la próxima primavera. Además de su vistosa faceta decorativa, la prímula es una planta cuyas flores, hojas y raíces tienen numerosas aplicaciones medicinales que van desde las propiedades diuréticas a las antiartríticas pasando por las antidiarreicas y antineurálgicas, así que por lo que pueda pasar, las prímulas nunca deben faltar en nuestro jardín.

La planta de la semana IV

EL RINCÓN DEL JARDINERO

 

LA PLANTA DE LA SEMANA IV

 

 

LogoTJACEBO (Ilex aquifolium)

 

Se trata de un arbusto de hoja perenne, porte considerable y de naturaleza longeva, originario de las zonas umbrías y más húmedas del sur y del oeste de Europa. Es una planta dioica; es decir, existen especies macho y especies hembra, siendo esta última la encargada de producir frutos y semillas, siempre y cuando haya tenido lugar la correspondiente polinización por parte del acebo macho.

 

   Para la cultura celta era un árbol sagrado, que vinculaban al paso del tiempo, a la longevidad, a la fertilidad y a la vida, por estas razones debió ser ampliamente utilizado en sus ritos asociados al solsticio de invierno, momento en que se produce el apogeo de su fructificación. En una sola planta, cuando el rigor del invierno se hacía más extremo, las viejas culturas vieron en el color rojo intenso de sus bayas el color de la sangre que es la vida, y en el verde pronunciado de sus hojas los frutos de la tierra y el alimento.

 

Ciertamente no es una planta exigente con los suelos, aunque sí lo es con las condiciones bioclimáticas, ya que prefiere los ambientes umbrosos y cierta humedad ambiental. Su madera es resistente y compacta, muy apreciada en ebanistería, su corteza y sus hojas tienen propiedades contra la fiebre y el resfriado, estas cualidades y aquellas que le atribuyeron las ancestrales culturas hacen de algún modo que esta planta irradie cierta energía positiva. Ahora, más que nunca, es tiempo de acebos.

 

La planta de la semana III

EL RINCÓN DEL JARDINERO

LA PLANTA DE LA SEMANA III

 

 

Poinsetia. Flor de Pascua.

 

Euphorbia pulcherrima.

 

      Se trata de un arbusto de hoja perenne y de porte mediano originario de las regiones tropicales de México que el primer embajador de Estados Unidos, Roberts Poinsett, introdujo en su país en 1825, otorgándole a esta planta renombre internacional.

 

 En nuestro contexto es una planta que, en principio precisa de importante atención durante el invierno, pues requiere una temperatura media comprendida entre 18º / 22º C, no tolera los cambios bruscos de temperatura ni los riegos excesivos, y le perjudican bastante las corrientes de aire. Su encanto reside en las vistosas brácteas de color rojo (rosáceo, tono salmón, etc) que se desarrollan en torno a las pequeñas florecillas amarillentas que emergen de los penachos centrales. En nuestro hemisferio alcanza su plenitud ornamental entre noviembre y febrero, con lo cual hemos de protegerla de los fríos y heladas invernales proporcionándole una ubicación luminosa en el interior de casa, lejos de la calefacción y de posibles corrientes de aire.

 

    Es realmente complicado mantener la planta viva hasta finales de marzo, pero si lo hemos logrado deberemos sacarla al exterior, abonarla y disponerla en una zona de semisombra proporcionándole generosos riegos en verano; obtendremos una nueva floración el invierno próximo si entre septiembre y noviembre proporcionamos a la planta catorce horas al día de oscuridad total.