VISITA A VILA VIÇOSA POR EL ALUMNADO DE PORTUGUÉS DE 3º Y 4º DE ESO
¡Y por fin llegó el día! (17/04/24)
Llegamos a Vila Viçosa sobre las 10:20 (hora española). El autobús nos dejó en la Plaza de la República, que más bien parece una avenida, y como hasta las 11h no comenzaba nuestra visita guiada en el Museo de Carruajes, decidimos tomar un tentempié, ya que después tendríamos poco tiempo hasta completar las visitas organizadas. En dicha plaza hay varios cafés y dimos la opción a los alumnos de pedir algo en los mismos. Algunos pidieron un café, un colacao y algún dulce, teniendo la ocasión así de comenzar a practicar el idioma.
Vila Viçosa es conocido entre otras cosas por el olor a azahar, pues sus calles están repletas de naranjos que los calipolenses (gentilicio de este pueblo) disfrutan. Y no en vano un anciano sorprendió a algunas de las alumnas ofreciéndoles amablemente 4 naranjas bien hermosas recién cogidas de uno de los naranjos. Nos explicó el dueño del café que son muy dulces, al contrario de lo que ocurre en muchas ciudades españolas, y que las gentes del lugar suelen coger algunas para ir comiéndolas mientras pasean o se sientan a la sombra de alguno de los naranjos.
Tras esta primera parada, nos dirigimos hacia el Museo de Carruajes, donde nos esperaban para explicarnos un poco sobre lo que íbamos a ver: una extensa colección de carruajes reales (ni una sola réplica) que pertenecieron a la familia de los Duques de Braganza, oficialmente “Sereníssima Casa de Bragança”, ya que fue la casa reinante en Portugal desde el año 1640 hasta 1853, y en Brasil hasta 1889.
Finalizada esta visita, nos dirigimos hacia el Castillo, pues íbamos a ver también los Museos de Arqueología y Caza que se encuentran en su interior.
Llaman la atención ambas colecciones por extensas y variadas, y en este punto tenemos que agradecer a Maria Victoria, nuestra profesora acompañante de Geografía y Historia, que nos explicó muchos detalles de lo que allí vimos, pues las explicaciones del guía brillaron por su ausencia.
Al salir ya era prácticamente la hora de comer, así que tras unas fotos en las murallas del Castillo, nos fuimos a la oficina de turismo a pedir mapas de la ciudad para todo aquel que quisiera, y nos organizamos para comer. Los alumnos ya tenían preferencia por un local en particular), o Kao Kente, así que allá que se fueron. Fue este un tiempo también de distensión para la práctica del idioma y la búsqueda de algún souvenir.
Debido a algún que otro despiste por la diferencia horaria, finalmente no pudimos parar en la estatua ecuestre del Paço Ducal, por el que habíamos pasado de largo por la mañana para llegar a las visitas organizadas, pero conseguimos improvisar una visita a la Farmacia Museo del pueblo por la que pasamos de vuelta, posiblemente la única en Portugal y España tan completa, ya que se trata de una Farmacia real y completa de comienzos del s.XX, con todo su instrumental de la época, envases diversos, mobiliario, herramientas para fabricar los envases y sus rótulos y prospectos, diferentes laboratorios, calculadora, máquina de escribir, máquina registradora (en escudos! nada de euros)… En definitiva, un salto en el tiempo con el que los alumnos no contaban y que resultó muy interesante.
Y hasta aquí dio de sí nuestra visita.
Como nos quedó volver con más detenimiento a la plaza del Paço Ducal y ver de cerca la gran estatua ecuestre de D. João IV, queda así la posibilidad de volver y seguir descubriendo lugares en futuras ocasiones, que a este pequeño pueblo portugués no le faltan.
(Por Mª José Aparicio)