La Planta de la Semana XVIII
EL RINCÓN DEL JARDINERO
LA PLANTA DE LA SEMANA XVIII
by José Muñoz
CELINDA
Philadelphus coronarius
Dicen los expertos que es originaria de las regiones más meridionales del Caúcaso y de Armenia; lo cierto es que, sin duda, es un arbusto que ha logrado adaptarse perfectamente a las características de nuestro clima. Se trata de una planta muy poco exigente, únicamente requiere suelos profundos y riego moderado. Tradicionalmente se plantaba en los huertos junto a la casa del hortelano, cerca de la noria, al lado de las acequias o junto a los muros de tapial. El encanto de la celinda reside en su floración espectacular y en el intenso, particular y penetrante aroma que generan sus numerosas florecillas. Su fragancia lo inunda todo al amanecer.
Como arbusto de hoja caduca que es, conviene podarlo moderadamente en invierno, y tenerlo anclado a un muro o bien sujeto con tutores antes de la floración, pues puede llegar a alcanzar los tres metros; no es una planta delicada, soporta perfectamente las heladas y tolera el extremo del verano, momento en que será conveniente aportarle riegos moderados.
La celinda es una planta que no debe faltar si disponemos de un jardín medianamente amplio; en ella y en su fragancia hay algo de los viejos y sabios hortelanos.