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EL IES MELÉNDEZ VALDÉS CELEBRA LAS VIII JORNADAS DE CIENCIA, TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD

El día 30 de abril, sábado, se celebraron en
el salón de actos de la Casa
de la Cultura
de Villafranca de los Barros las que son ya VIII jornadas de ciencia,
tecnología y sociedad.

 

Éste año las hemos dedicado al estudio, la reflexión e
investigación sobre el tema “Del fin de la historia al choque de civilizaciones”.
Desde estas líneas quiero agradecer la labor que al antiguo director del
instituto, Juan Viera ha realizado para que este seminario tuviese lugar cada
año. Así mismo, agradecer al actual director 
Fernando Merino y a la directiva en su conjunto el haber sabido coger el
testigo y dar un nuevo impulso. Las jornadas constituyen el momento álgido de
un seminario que tiene lugar durante todo el curso en la que se realizan
diversas actividades. En concreto, hay que agradecer las conferencias que han
impartido a los alumnos en la semana cultural, Miguel Manzanera, profesor de
filosofía y Maria José Piñero, profesora de historia.

 


Pero pasamos a
relatar un poco lo que fueron estas jornadas. En primer lugar decir que fueron
u
n éxito de público y que éste estaba entregado a los ponentes y participativo.
Se pusieron sobre la mesa muchos problemas de absoluta actualidad y de cuya
resolución depende el futuro de nuestra civilización. Los participantes,
fundamentalmente alumnos, aunque también profesores y gente de fuera, tuvieron
la oportunidad de reflexionar durante todo un día sobre cuestiones vitales
implicándose en la vida pública como ciudadanos activos. Durante toda la
jornada se respiro un clima de compromiso y complicidad. Tengo que señalar aquí
que podemos sentirnos afortunados, agradecidos y orgullosos, porque son las únicas
jornadas de filosofía que se celebran en un pueblo a instancias de un Instituto
en Exteremadura, región en la que ni siquiera existe la licenciatura de
filosofía. Y hemos de estar orgullosos por los ponentes, tanto los de estas
jornadas, como los de las anteriores, muchos de ellos de renombre nacional e
internacional que se han prestado desinteresadamente a estas reuniones
filosóficas de las que han salido sorprendidos. Muchas gracias desde aquí a
todos ellos.

 

Paso ahora a una
breve descripción de las ponencias. La conferencia inaugural corrió a cargo de
Juan Pedro Viñuela, profesor de ética y filosofía, “Hacia una ética
cosmopolita. De los estoicos a Martha Nussbaum”. de lo que se trató en esta
intervención es de dilucidar si es posible una ética universal que sea el fondo
desde el que se pueda resolver los problemas de la globalización económica. Se
partía de una obra reciente de una pensadora norteamericana y de la polémica
que suscitó, en la q
ue se enfrentaba el cosmopolitismo –el ideal de ciudadanía
mundial- y el patriotismo, como forma de identidad cultural. Lo que se sugirió
en esta intervención es que es necesaria una ética cosmopolita universal. Que su
arranque y fundamento está en los orígenes del pensar y en particular en los
estoicos. Pero será Kant el que dé el gran impulso a esa ética universal con su
imperativo “Obra de tal manera que consideres al otro como un fin y no como un
medio” y con su ideal de la Paz Perpetua
a través de la organización de una sociedad cosmopolita de repúblicas libres.
Pero esta ética universal no es suficiente para resolver los problemas
planteados por el capitalismo global que entra en quiebra. Para ello es
necesario pasar a una ética ecocéntrica. La base de esto es el principio de
responsabilidad de Jonás y una economía crítica que asuma su ideología y el
principio de entropía. En suma una economía del decrecimiento unida a una ética
ecocéntrica.

 

Por su parte, Maria
José Fariñas, catedrática de filosofía del derecho de la universidad Carlos
III, nos ofreció un discurso más político y concreto, lo que produjo un contraste
interesante con la primera ponencia. Ambas, desde perspectivas muy diferentes
perseguían la universalidad. Su título era, “Cuestiones identitarias en el
debate político: del choque a la alianza de civilizaciones”. La ponente hizo
una descripción de cómo hemos llegado a esta situación mundial de crisis
económica y enfrentamiento identitario. E insistió en una cosa muy importante,
la situación actual es muy grave, desde el punto de vista económico y ello está
haciendo surgir una serie de discursos de la ultrad
erecha de carácter
fuertemente identitarios, no sólo en EEUU, sino también en la Europa más desarrollada
como Finlandia o Dinamarca. Este discurso identitario es un discurso de defensa
contra el diferente, el inmigrante al que se demoniza y se la achaca,
ignorantemente, las culpas de la crisis económica. Lo que sostenía Maria José
es que durante varias décadas las políticas económicas que se habían hecho eran
neoliberales y que ha sido este neoliberalismo el que nos ha llevado a la
crisis y afirmaba que era necesario hacer una autocrítica, porque la izquierda
había hecho la misma política de mercado que la derecha. La izquierda tendría
que haber reaccionado y está a tiempo si toma conciencia de su posición de
izquierda. Por tanto, si queremos resolver los problemas del choque de
civilizaciones, que no es más que un engaño y una máscara, lo que tenemos que
hacer es eliminar la pobreza y la exclusión. Los enfrentamientos no son
culturales, sino por necesidad alimentaria. Y eso es lo que han demostrado, precisamente,
las revueltas en Oriente Próximo. Los ciudadanos se han revelado porque tienen
hambre.

 

Isidoro Reguera,
catedrático de Filosofía de la
Universidad de Extremadura, tituló su conferencia, “El
palacio de cristal posmoderno: aburrimiento del pensar y estrés civilizatorio.”
Isidoro se situó en la posición posmoderna. Lo que hizo fue desmontar la
posibilidad de cualquier gran relato de la humanidad. Negó la razón como
universalidad. Toda razón universal no es mas
que un sueño, y, de alguna manera,
peligroso, porque el sueño de la razón produce monstruos. Desmontó todos los
pilares de la civilización universal a partir de la muerte de dios, que es el
que garantiza todos los absolutos. Nietzsche es el que proclama la muerte de
dios, es decir, del sentido de dios. Y es en este sentido posmoderno en el
podemos decir que estamos en el fin de la historia porque ya no es posible
ningún relato más. El problema es que vivimos solitariamente, encerrados en un
palacio de cristal, metáfora tomada de Dostoiesvki, en la que vivimos en un
eterno presente, en el que el sentido es el consumo y el sí mismo. Subrayó, que
la posmodernidad, y esto fue muy polémico, es la superconciencia, porque, en
definitiva, es la conciencia de que no es posible una interpretación universal
de la historia. Pero a pesar de su pensamiento relativista y posmoderno,
Isidoro se presentaba indignado ante el poder del capital, el mercado y de la
ineptitud de los políticos. Un discurso provocador que sobrevoló todas las
jornadas. Porque era un discurso que pedía a gritos respuestas. Un discurso
nihilista, que quizás desarmó, o mejor, puso sobre aviso, sobre lo que se le
avecina, a alguno de los alumnos presentes.

 

Por la tarde
tuvimos un debate introducido por unos videos sobre “Globalización, neoliberalismo
y el choque de civilizaciones”. Intervinieron, además de los ponentes, Juan
Viera, profesor de física y química y Miguel Manzanera, profesor de filosofía.
Moderó la mesa redonda Fernando Merino, director del instituto. Aquí reaparecieron
las cuestiones de por la mañana y tuvimos la oportunidad de asistir a una sana
confrontación dialéctica en la que la guía era la razón y no el interés
particular, como en otros foros, los políticos y mediáticos, ocurre. Creo que
esto, como toda la jornada en su conjunto, fue un ejemplo de valor intelectual,
respeto, tolerancia y compromiso, que los alumnos allí presentes y el público
en general pudieron aprender. Cosa que no es muy común en nuestras agotadas
democracias. Clausuró el acto Fernando Merino, director del instituto y se hizo
entrega del VIII concurso de ensayo. Obtuvo el premio, Juan Andrés Moriano
Palacios, alumno de primero de bachillerato.

 

Juan
Pedro Viñuela. Mayo 2011